GASTROWINE: La Gran Pulpería

En nuestro afán por encontrar un pulpo con todo el sabor de Galicia en la capital de España, Juan Olloqui nos invita a descubrir su buque insignia: “La Gran Pulpería”. Este establecimiento situado en Avda. Machupichu 14, cuenta con otros dos hermanos: el primogénito, localizado en un agradable paseo rodeado de jardines en la localidad de Pozuelo de Alarcón (Pza. de España, 1) y el segundo en el CC. Sexta Avenida. Pero sin duda alguna la joya de la corona se la lleva el local de Machupichu, que cuenta con un espacio de más de 1.000 m² en el que podemos vislumbrar el gran hacer de los pulpeiros cociendo este delicioso manjar de las Rías Gallegas. El restaurante es de reciente construcción y presenta una decoración con mucho gusto. Podemos decir que es un “Merendeiro” con elegancia.

Nada más sentarnos, el camarero nos ofrece la primera degustación: Chorizo gallego presentado sobre una tabla de madera y con un cuchillo clavado en él.

GASTROWINE visita este restaurante con bastante frecuencia. Aunque todo está buenísimo, según la opinión de GASTROWINE, pueden destacarse los siguientes platos:

- Berberechos al vapor: Muy sabrosos, un pequeño bocado procedente del Cantábrico.

- Mejillones al vapor o en Salsa: Preferiblemente al vapor, para saborear la esencia del crustáceo, procedente de las bateas de la Ría. (La salsa, con aceite de oliva virgen y pimentón, le da un toque picante y también es una buena opción).

- Pulpo a feira con cachelos (variedad Kennebec): Cocido en caldeiro de cobre y cortado al momento por los maestros pulpeiros. Es el plato que le da razón a la visita, imprescindible pedirlo.

- Tortilla de Betanzos: Resalta la calidad de la patata gallega, así como su punto de cocción, dejándola muy poco cuajada en su interior.

- Chuletón de Buey: Excelente. Se sirve en un plato de barro junto con patatas gallegas fritas y pimientos del padrón. Asombrosamente, ninguno nos picó.

- Torrijas “do Valadouro” con helado de vainilla: Deliciosas. Sorprende por su sencillez, aunque nunca habíamos probado unas torrijas tan buenas como las de este lugar.

- Degustación de licores (entre ellos el licor Café) para poner el punto y final a la velada.

Todo esto regado con un Albariño de la casa, en concreto se trataba del vino blanco Pazo Viladomar con denominación de origen de las Rías Baixas, de color limpio y brillante con un toque pajizo, muy oloroso e intenso en boca.

Muy buena relación calidad-precio. Los sábados por la noche hay Karaoke, animando más si cabe el ambiente del restaurante.